Uno de los aspectos de la vida que más ha impactado el coronavirus y la pandemia es sin duda el trabajo.
Pensábamos que iba a ser transitorio, sólo por dos meses, y luego volveríamos a la oficina. Trabajar en el living, o en la mesa del comedor, empezó a volverse incómodo, además que la presencia de toda la familia en estas áreas comunes obligan a buscar un ambiente más tranquilo.
Las gran mayoría de las casas nunca se pensaron para una situación así. Dedicar una habitación más al "despacho" quedaba reservado solo para cierto público.
Las ventajas de tener nuestra oficina en casa son muchas: ahorramos tiempo de transporte, gastos, en contaminación, y podemos conciliar mejor la vida laboral y familiar.
Vamos a revisar los 4 aspectos claves de una oficina en casa: ubicación, luz natural, escritorio y silla. Los 2 últimos son mobiliario, pero los dos primeros son cuestiones arquitectónicas y tu mejor opción es conversarlo con un arquitecto.
Con el consejo profesional podrás saber las mejores oportunidades que brinda tu casa actual para tener una oficina cómoda y bien iluminada con el menor gasto posible. Sin duda valdrá la pena.
1. La ubicación
Como decíamos, es el aspecto fundamental. Dónde hagas tu oficina decidirá si tienes que hacer obra o no, si aprovechas un espacio en desuso o no, si la integras a algun espacio de la casa o si zonificas un ambiente sin hacer obra.
Lo mejor es dedicar una habitación exclusivamente a esta actividad por pequeña que sea, ya que así te aislarás del resto de la casa y sus habitantes y podrás separar física y psicológicamente la “zona trabajo” de la “zona familiar”, (además de separarla del dormitorio).
Si no puedes permitirte esto, habrá que evaluar si se puede compartir con otra función en una sola habitación.
El caso más común es en una habitación de invitados, ya que como casi nunca se usa, será prácticamente un despacho personal todo el año.
Otro espacio de la casa que es amplio pero se usa poco es la zona central del vestidor. Acá te vas a poder aislar muy bien del resto de la casa, aunque parte del "decorado" será tu ropero.
Otra estancia muy habitual para colocar el escritorio es el dormitorio principal, aprovechando algún hueco suelto en la pared o sustituyendo una mesilla por un escritorio, aunque en estos casos probablemente tengamos que renunciar a una buena mesa por falta de espacio.
En este caso también podríamos eliminar un módulo de armario para colocar nuestro minidespacho.
Si tu casa es pequeña o tienes las habitaciones justas y están todas ocupadas, seguramente no puedas compartir usos. En este caso tendrás que buscar un rincón de una zona común, sabiendo que no podrás aislarte tanto de la actividad principal de ese espacio. Lo más común es zonificar una parte del living y acomodar ahí un escritorio.
Por último, también se usan las antesalas de los dormitorios y las zonas de paso, que tienen espacios muertos que podemos adaptar a la zona de oficina, aunque hay que contar con que no tendremos mucha concentración si viven muchas personas en la casa, por el movimiento que implican estas áreas.
2. La luz
Si bien la ubicación depende de muchos factores pero primando el económico, no debería pensarse sin tener en cuenta al mismo tiempo la luz natural. Es un factor clave que incidirá en nuestra salud mental. Pocas cosas son peores para nuestro estado de ánimo que mirar una pantalla con un muro detrás 8 horas diarias. Por eso habría que colocar el escritorio lo más cerca posible, al lado de una ventana.
Otra forma es colocar el escritorio bajo la ventana. Esta disposición tiene la ventaja de que es fácil y cautivante levantar los ojos y mirar el horizonte, y mitigar la sensación de encierro.
La desventaja es que si tus ventanas son batientes y abren hacia adentro va a ser incómodo cada vez que quieras abrirlas, especialmente si trabajas con pantallas grandes y no con portátiles.
La solución para esto sería colocar ventanas de desplazamiento horizontal u oscilobatientes, o ventanas que abran hacia afuera.
Si queremos evitar todas estas dudas sobre las ventanas, la opción es colocar el escritorio en el centro de la habitación, sin tener que estar mirando a la pared.
El problema en estos casos suelen ser los cables del ordenador y accesorios tecnológicos varios, ya que al tener que llegar a un enchufe hay que llevarlos por el suelo y además de poco estético pueden provocar tropezones o que tiremos algún equipo al piso.
Para contrarrestar esto lo mejor es poner una alfombra y hacer pasar los cables por debajo, o colocar el escritorio relativamente cerca de una pared.
Y si no es posible tener una ventana cerca, al menos deberás plantearte una buena iluminación general que inunde toda la estancia y un led de calidad para tener una luz de trabajo.
3. El escritorio
Pasamos a la parte del mobiliario. Recomendamos no quedarnos cortos en medidas. Es bueno tener espacio suficiente para tener distintos papeles, carpetas, etc. Mínimo 150x60cm, ya que aunque trabajemos con notebook, siempre necesitamos espacio para conectar otros elementos como discos duros, un mouse, y separar lo suficiente la pantalla de nuestros ojos y que el teclado pueda estar en posición que nos permita separar nuestros brazos.
Recomendamos no dejarse engañar por la estética minimalista de los miniescritorios ;).
En otra cosa que puede ayudar un arquitecto es a diseñar un escritorio personalizado con pasacables, para evitar que se vean por encima del escritorio. Los cables generan “desorden visual” y una ansiedad sutil por el desorden, además de ocupar espacio vital para otras cosas.
En un escritorio de diseño personalizado también se pueden pensar cajones con una estación de carga para enchufar cosas rápidas o temporales (teléfonos, baterías, tablets, etc.)
Por último, la estética. Esto depende del material. Puede ser de laca, madera maciza, melamina, etc… La madera es la protagonista.
Lo ideal son los escritorios chapados, porque tienen una superficie lisa y además suelen ser bastante resistentes.
Si es de madera natural será caro, y si la madera presenta relieves por las vetas, puede ser incómodo para trabajar si escribes mucho en papel.
La silla
Tan importante o más que el escritorio, hay que tener en cuenta que durante el teletrabajo pasaremos muchas horas sobre ella y por tanto debe ser ergonómica, es decir, que se adapte bien al cuerpo humano, porque de otro modo nuestra espalda o lumbares acabarán notándolo.
Son mucho más prácticas las de oficina, con altura variable, giratorias y con ruedas, ya que variar posiciones es fundamental para adaptarse a la altura del escritorio y mover la silla con facilidad.
Y por último, lo ideal sería que contara con brazos y con un respaldo lo suficientemente alto como para que poder descansar el cuerpo si queremos echarnos hacia atrás para hacer un alto en el trabajo pararnos a pensar, etc.
Por eso, si bien una silla Eames fija queda muy bien en la imagen, no es muy cómoda para el tiempo de trabajo.
Hasta aquí nuestra pequeña guía de cómo hacer una buena oficina para trabajar en casa.
Si te quedan dudas o necesitas un consejo para tu caso particular, podés comentar esta publicación o enviarme un mensaje por Instagram.
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